Gabriele Mazzini,autor principal de la Ley de Inteligencia Artificial de la Comisión Europea,compartió detalles de la nueva legislación en Europa y las claves para avanzar en una regulación que atienda las necesidades de cada región.
Crédito: Adobe Stock
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“Es importante que los países reflexionen sobre su propio equilibrio en el momento de considerar los factores que influyen en las decisiones sobre la regulación de la Inteligencia Artificial”. Esta es la reflexión de Gabriele Mazzini,arquitecto y autor principal de la propuesta de Ley de Inteligencia Artificial (IA) en la Comisión Europea.
En conversación con DPL News,el experto compartió sus perspectivas sobre la posibilidad de implementar lineamientos de desarrollo de la IA globales versus lineamientos locales,de acuerdo a las condiciones y las necesidades de cada región.
“Es esencial que los países de todo el mundo comprendan sus circunstancias específicas,incluidos sus niveles de riqueza y acceso a los recursos,ya que estos elementos desempeñan un papel crucial en la configuración de sus estrategias regulatorias para la implementación de la Inteligencia Artificial. Mi recomendación es esforzarse por lograr la alineación,especialmente respecto a las limitaciones en el uso de la IA en productos y servicios cotidianos,como los que ofrecen los servicios financieros”,detalló Mazzini.
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Cada país tiene diferentes prioridades y valores,y esas diferencias influyen en la forma en que elijan regular la IA.
“En algunos lugares,por ejemplo,podría ser beneficioso ofrecer crédito basado en datos no vinculados al historial financiero,en particular en países donde el sistema financiero no está completamente desarrollado. En última instancia,las opciones regulatorias deben reflejar las necesidades y situaciones específicas de cada país”,explicó el experto que asistirá al Congreso Andicom 2024 en Colombia.
En este sentido,el alcance del reglamento de la Ley de IA de la Comisión Europea,que entró en vigor el pasado 1 de agosto,surgió como una solución para abordar el uso de la tecnología de manera más integral y completa.
Mazzini señaló que “la última versión,a diferencia de los reglamentos anteriores,no se limita a un sector específico,sino que abarca el uso de la tecnología en varios sectores y aborda los riesgos asociados. Por ejemplo,el uso indebido de los sistemas biométricos es un área que puede suponer riesgos significativos para las personas. Este reglamento tiene como objetivo mitigar dichos riesgos y garantizar el uso responsable de la tecnología en diferentes áreas”.
Dentro de las tecnologías que la Comisión Europea considera críticas,se encuentran la Inteligencia Artificial,semiconductores,tecnologías cuánticas y la biotecnología. Al respecto,el especialista considera necesario “garantizar que la IA utilizada en nuevos mercados sea segura y se use como parte de una recomendación general”.
La Comisión Europea insta a los Estados miembros a evaluar las tecnologías críticas,teniendo en cuenta su posible uso tanto en contextos militares como civiles,y su impacto en los derechos humanos. El objetivo de esta recomendación es fomentar una mayor evaluación y debate,en particular si se relaciona con la infraestructura crítica.
Sin embargo,la Ley de la Unión Europea ha sido calificada como una regulación que puede restringir el óptimo desarrollo de la IA en la región.
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“A la hora de regular una tecnología,es importante reconocer que no es intrínsecamente buena o mala. El desafío consiste en encontrar el equilibrio adecuado,ya que una mayor regulación podría impedir inadvertidamente usos beneficiosos. Desde nuestra perspectiva,hemos tratado de identificar principios clave y establecer reglas fundamentales que respaldan la tecnología. Al mismo tiempo,reconocemos que los detalles más técnicos se pueden determinar más adelante mediante regulaciones colaborativas,lo que permite flexibilidad en la forma en que se implementan los requisitos legales”,resaltó el autor.
A partir de este enfoque,la Unión Europea pretende garantizar que las reglas sean flexibles y prácticas.
“Es fundamental entablar un diálogo,pero es igualmente importante que los gobiernos y los reguladores desarrollen su propia experiencia para identificar las regulaciones más adecuadas”,detalló Mazzini.
Aunque también existe otra opción: esperar y dirigir el desarrollo de la tecnología de forma más gradual. Esto dependerá de cómo cada región quiera manejar la regulación.
“En este enfoque alternativo,los fabricantes serían responsables de compensarnos y satisfacer diversas demandas,mientras los gobiernos establecemos directrices claras. Sin embargo,puede que no haya una forma perfecta de manejar esto,por lo que nuestras opciones para regular la tecnología aún están evolucionando. Todos estamos navegando por este proceso juntos”,concluyó Mazzini.